El primer intento fué regular.
El segundo ya me gusta más.
Estoy deseando volver al río para seguir encontrando más ramas que transformar.
Aquí está el primero.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoB6p84a5JLwDbU4zyeZpLmIWnbfVfCbSzCsMflAZlwKEcSdBg0axyNsuXIdf53zi71wI1Y0un91IAQR-QmjmkDkc0XFojtm01Lmsq3q_ZJ_MoPFZeWDdC3lvFHuQW4isyTtrhxI9qTYg/s320/20180503_194643-1.jpg)
El segundo.
Bastante mejor, para mi gusto. Y es que la experiencia es un grado.
Aquí la rama solo con algunos detalles dibujados a lapiz.
En la segunda foto se empieza a ver el trabajo.
Se puede ver el cambio dándole un poco de color pero no demasiado, para no tapar la veta de la madera de boj.
Y aquí ya terminado, con seis ganchos de cobre para colgar las llaves y darle utilidad.