La puerta en cuestión no es de madera demasiado buena, así que pensé que un cambio casi siempre sería a mejor.
Al pintarla de blanco, esperaba que no solo diera más luz al pasillo, sino que lo acortara, ya que la puerta está justo al final y de frente. Le dí dos manos de chalk paint casera ,(saqué la receta de internet), y aunque dicen que la original no necesita imprimación, a esta le hubiera venido bien una capa antes de la pintura.
Quedó así:
Efectivamente, su aspecto me gustaba más que antes, pero me parecía algo sosa. Además no quería llenarla de color, porque buscaba encontrar algo que pudiera repetir en el resto de puertas del pasillo sin recargarlo.
La solución que se me ocurrió fué pintarle a la puerta los detalles de una puerta tipo comic.
Nada de lineas hechas con regla. Las ligeras imperfecciones de unas lineas hechas a pulso le dan el aire que buscaba.
Sí que hice antes unas guias a lapiz con regla, que me sirvieron de ayuda para hacer unas lineas relativamente rectas.
Cogí un rotulador de punta gruesa, y voilá. En la segunda se aprecian mejor las lineas del rotulador.
Parece otra, desde luego..
Es muy posible que cuando se me ocurra algo que me convenza, pinte un cartelito en la puerta, también con rotulador.
Me ha gustado tanto el resultado, que lo voy a repetir, esta vez con la puerta del baño. Con cartelíto incluído.
Esto sí que está al alcance de cualquiera, solo hace falta un poco de pulso y dos o tres horas libres.
Sin duda, la recompensa merece la pena.
